# 353 Reino: Restaurando La Realidad Del Nuevo Pacto


Después de 2000 años no debería haber necesidad de hablarle del Nuevo Pacto a cualquier creyente del Nuevo Testamento que ha sido redimido por más de un año. Lo cierto es que la mayoría de los cristianos no tienen idea de lo que es el Nuevo Pacto después de 30 años de haber experimentado el nuevo nacimiento. Les he pedido a creyentes que me expliquen el Nuevo Pacto en encuentros en diferentes partes del mundo. Nunca he escuchado una respuesta adecuada ni siquiera de los ancianos de las iglesias. ¿Cómo puede esto ser posible? La mayoría supone que el Nuevo Pacto es el Calvario, y esta es la respuesta general. “Perdonaré sus pecados” ciertamente está incluido, pero sólo es una parte del Nuevo Pacto. La “sangre del Pacto” inauguró y selló el Nuevo Pacto, pero el Nuevo Pacto tiene muchas otras provisiones que son esenciales para la vida cristiana y para la próxima restauración. Por esta razón, compartiré una vez más una pequeña visión acerca de la magnitud de lo que Dios ha provisto para la iglesia que Jesucristo está edificando.


Incluso la Cena del Señor se basa en una clara comprensión del Nuevo Pacto.


Mateo 26:28] Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de pecados. [29] Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.


La copa de vino de la Cena del Señor, que representa la sangre del Nuevo Pacto, tiene cumplimiento definido en el Reino de Dios. En ese tiempo, ESTE fruto de la vid no será un recuerdo sino una realidad espiritual que será bebida corporativamente. Hoy la “copa” puede ser solamente letra, un ritual o una revelación maravillosa de la provisión de Dios del Nuevo Pacto que nos permite participar en el Reino y en la realidad de esa copa eterna.


Desde hace muchos años hemos escuchado hablar de la sangre usada en todo tipo de clichés cristianos, en la liberación, en las canciones y en las oraciones. No recuerdo ningún énfasis en el Pacto que la sangre inauguró. Muchos trataban de usar la sangre e ignorar el Pacto. En verdad, estos dos están relacionados de una manera compleja.


2 Corintios 3:5] no que seamos competentes por nosotros para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, [6] el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.


Es obvio que el hombre natural con un ministerio natural no está calificado para ministrar el Nuevo Pacto. Ministrar el Nuevo Pacto según la “letra” no trae vida, entendimiento o espíritu de revelación. De acuerdo a las escrituras, el Nuevo Pacto debe ser ministrado por el Espíritu. ¿Por qué? Porque el Nuevo Pacto está relacionado con el Espíritu de Cristo y con el Espíritu Santo, quien nos conecta con dimensiones espirituales totalmente nuevas de la Vida y del Reino.


Ezequiel 36:26] Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. [27] Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.


(1) Nuevo corazón = Nuevo hombre interior


(2) Nuevo espíritu = Espíritu de Cristo


(3) Quitar el corazón de piedra = Viejo hombre según Adán


(4) Mi espíritu = Espíritu Santo


El “nuevo espíritu renacido” es el Espíritu de Cristo, la Palabra Viva y Permanente de Dios. 1 Pedro 1:22] Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; [23] siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.


La “experiencia del nuevo nacimiento” es por medio de la Palabra Viva y Permanente de Dios, la cual es el Espíritu de Cristo. Cuando Jesús dijo “Vendré a vosotros” no hacía alusión a venir “en el Espíritu Santo”, de quien Jesús dijo “yo le enviaré”.


Juan 14:16] Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: [17] el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. [18] No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.


“Otro Consolador” u “otro paracletos” se refiere a más de uno. En otras palabras, “Yo vendré y el Espíritu Santo vendrá”. Juan 14:23] Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.


Esta ES la promesa del Padre, pero es un aspecto más de otra provisión del Nuevo Pacto. El Espíritu de Cristo es Espíritu. El Espíritu Santo es Espíritu. El Padre es Espíritu. Podemos decir claramente que Dios es Espíritu, y que los que le adoran DEBEN adorarle en espíritu y en verdad.


El Nuevo Pacto ES la Promesa del Padre que incluye el Don del Espíritu Santo y las otras provisiones. “Mi Espíritu” se refiere al Espíritu Santo que descendió en el día de Pentecostés, el cual Jesús prometió en Juan 14, 15 y 16.


Lucas 24:49] He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.


Hechos 1:4] Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. [5] Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.


Hechos 2:33] Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.


Gálatas 3:14] para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.


Hebreos 9:15] Así que, por eso es mediador de un Nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.


No cabe duda de que la promesa del Padre es la provisión del Nuevo Pacto. Recibir el Espíritu Santo es una PARTE, junto con TODAS las demás provisiones. De hecho, recibir el Espíritu Santo se denomina claramente “el bautismo con el Espíritu Santo. Lo que los discípulos recibieron en Hechos 2 se llama la “promesa del Padre” que se identifica como el bautismo con el Espíritu Santo. Además, incluye el perdón de pecados, pero mucho más que el perdón de pecados.


Como el bautismo del Espíritu Santo fue parte del Nuevo Pacto suponemos que la “promesa del Padre” es el Nuevo Pacto con todas sus diversas provisiones. No podemos separar el bautismo con el Espíritu Santo del Nuevo Pacto o viceversa. Debería entenderse que es un serio error predicar una parte del Nuevo Pacto e ignorar las otras partes. Es un pacto con varias provisiones, que incluyen el perdón de pecados, el nuevo hombre interior, además de las Leyes de Dios escritas en el nuevo hombre interior, un Reino y un Reino de Sacerdotes. Los que han participado de las provisiones del Nuevo Pacto son llamados “la iglesia del Nuevo Pacto” [Su cuerpo] que está relacionada con la iglesia del Candelero que Él está edificando.


Experimentar las 7 provisiones del atrio es experimentar las provisiones del Nuevo Pacto. Detenerse en el perdón de pecados es popular, pero demasiado superficial para la iglesia del Nuevo Testamento o para la próxima restauración de los ministerios sacerdotales. Suponer que la iglesia del Candelero está en el atrio ha sido un error serio.


Ezequiel 11:19] Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, [20] para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.


La unidad de la iglesia del Candelero no se produce debido a cierto acuerdo en la forma de vestir o la doctrina sino porque le fue dado UN CORAZÓN, un NUEVO ESPÍRITU y un NUEVO HOMBRE INTERIOR. Las personas que conforman la iglesia son las que Dios llama “Mi pueblo” y declara que “Él será su Dios”.


Generalizar la iglesia fuera de la experiencia y la provisión del Nuevo Pacto es un gran error. Esto es generalizar la Iglesia del Candelero y asignarle un lugar fuera de la Vida y el Ministerio en el Lugar Santo. En otras palabras, tan pronto como los pecados de alguien son perdonados lo declaramos miembro de la iglesia o miembro del cuerpo de Cristo. No sabemos diferenciar entre los que creen y los que son labrados a martillo como la Iglesia del Candelero de oro puro. Los hombres edifican iglesias de acuerdo con su propio diseño pero Cristo edifica Su iglesia de acuerdo con el diseño eterno, con oro purificado por el fuego. Cristo edificará su iglesia en los confines del Nuevo Pacto.


Algunos podrían preguntar: ¿Qué tiene que ver la sangre que Jesús derramó en el Calvario con el Reino de Dios? ¿Qué relación existe entre el Nuevo Pacto y el Reino de Dios? ¿Cuál es la relación entre el pan y la copa en la Cena del Señor?


De hecho, existen muchas más preguntas que pueden hacerse acerca de estas provisiones de Dios que fueron develadas en el Calvario. Por ejemplo: ¿qué relación existe entre la sangre rociada y la Cena del Señor? Podemos apreciar claramente que el Calvario fue descorrer la cortina para descubrir muchos misterios contenidos en el Nuevo Pacto y la herencia eterna que se halla entre las provisiones del Nuevo Pacto.


Nota del escritor: El tercer velo [cortina] se rasgó cuando Jesús fue crucificado. Sin embargo, esta dimensión del Lugar Santísimo aun permanece oculta para la mayoría de los cristianos. Por lo que cuando un velo o cortina se descorre, el Lugar Santísimo muestra una vista completa. Lo mismo ocurre con el segundo velo [cortina] entre el atrio y el Lugar Santo. El hecho de descorrer la cortina revela lo que se oculta detrás de ella.


Comenzaremos con un pequeño glosario de algunos de los términos usados en el Libro de los Hebreos para hablar acerca de estas provisiones y de la forma en que están disponibles para nosotros. Tomaremos siete términos del Libro de los Hebreos y trataremos de mostrar el significado de cada uno de ellos. Todos están relacionados con el Nuevo Pacto. Sin embargo, algunos de ellos pueden deducirse por los diferentes usos de la palabra o dentro del contexto.


(1) El testador (2) El fiador (3) El ejecutor (4) El mediador (5) El testamento (6) La herencia (7) El beneficiario. Los primeros cuatro términos se aplican a Jesucristo. La herencia se aplica a nosotros, pero es administrada por el Señor Jesucristo. Por supuesto, el séptimo término, el beneficiario, habla de aquellos que califican como herederos de la herencia bajo los términos del Nuevo Pacto.


Testador > sustantivo (Ley); una persona que ha hecho un testamento o ha dejado un legado.


Testamento > sustantivo 1. La voluntad de una persona / 2. Evidencia o prueba de un hecho, suceso o cualidad / 3. (En uso bíblico) un pacto o dispensación. ‘un testamento’, proviene del vocablo testis ‘un testigo’


Ejecutor > sustantivo (Ley); una persona designada por un testador para llevar a cabo las condiciones del testamento.


Mediar > verbo 1. Tratar de resolver o aclarar una disputa entre dos partes / 2. Técnico, ser un medio para (un proceso o efecto) / origen: del latín “mediare”, colocar en el medio


Fiador > sustantivo: una persona u organización que actúa como garante.


Herencia > Propiedad que pasa de una generación a otra. Algo de valor que ha pasado del padre a su descendencia.


Beneficiario > sustantivo (plural: beneficiarios) Un heredero o persona que se beneficia de algo, especialmente de un testamento. El que recibe la herencia.


1 Pedro 1:3] Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, [4] para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, [5] que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.


SI somos herederos de la herencia, SI Dios ha reservado la herencia en los cielos para nosotros y SI somos guardados por el poder de Dios hasta que se manifieste la salvación definitiva, debe ser obvio que estamos compartiendo un destino seguro en Cristo. Somos los beneficiarios de Su Voluntad / Su Pacto y Su Testamento, y Él es el ejecutor de esa Voluntad / Pacto. Él también es el mediador de la Voluntad / del Pacto y se presenta a sí mismo como el fiador, o sea que todo lo escrito en el Testamento / el Pacto será distribuido exactamente de acuerdo al propósito y voluntad de Dios.


Nosotros como “beneficiarios” del pacto o testamento, tenemos garantizada la herencia en los cielos. ¿Esto significa que debemos esperar hasta que lleguemos al cielo? Como esta herencia se identifica como “la herencia eterna”, precede el comienzo de los tiempos así que deberíamos estar disfrutando, al menos algunas de estas provisiones ahora. ¿Cómo podemos saber esto? Porque varios versículos identifican ciertas provisiones de la herencia eterna que están disponibles ahora.


Nota del escritor: Nuestra herencia fue establecida antes del comienzo de los tiempos. Fue determinada por la soberanía de Dios como parte de Su Propósito Eterno antes de que existiera el día o la noche, incluso antes de que el hombre fuera creado.


Hechos 20:32] Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para reedificaros y daros herencia con todos los santificados.


Hechos 26:17] librándote de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, [18] para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.


Efesios 1:11] En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, [12] a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. [13] En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, [14] que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.


Efesios 5:5] Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.


Colosenses 1:12] con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar en la herencia de los santos en luz.


Hebreos 9:15] Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.


Mientras se puede apreciar claramente que algunos de estos versículos se aplican al futuro, hay otros que se aplican al presente. El Espíritu Santo es dado como las “arras de nuestra herencia” o como un anticipo [tiempo presente] de nuestra herencia completa [tiempo futuro]. Debemos estar experimentando el anticipo de nuestra herencia en esta vida. Como deberíamos estar experimentando la medida en parte de la herencia ahora, parece claro que no debe existir conflicto entre el aspecto presente y los aspectos futuros de la herencia.


Si podemos probar del poder de la etapa que está por venir, durante esta época de la iglesia, entonces no debería existir conflicto entre la “medida en parte” (arras) y el todo completo. Ambos son válidos en su tiempo. Ser “lleno del Espíritu Santo” en la medida en parte no significa que no haya una medida de plenitud de los Siete Espíritus de Dios.


La iglesia que funciona en la medida en parte no debería estar satisfecha SI una medida completa está disponible. Sostengo la opinión de que cuando experimentemos la medida completa de la provisión del Nuevo Pacto, estaremos avanzando hacia la medida de plenitud de Cristo. Ciertamente no hemos experimentado la plenitud del que lo llena todo en todo. Ciertamente la iglesia no ha crecido hacia la medida de la estatura de la plenitud de Cristo y hacia el Hombre Perfecto. Si esto es cierto, estamos viviendo en la provisión “en parte”.


Mi teoría es esta: Por la sangre de Cristo que inauguró el Nuevo Pacto tenemos absoluto derecho de disfrutar todo lo contenido en las provisiones del Nuevo Pacto. Como esa misma sangre que estableció el Nuevo Pacto fue llevada hasta el Lugar Santísimo y rociada en el propiciatorio en los cielos, la misericordia de Dios ha sido desatada para que le sigamos hasta esa dimensión superior de Su Vida.


La “medida en parte de nuestra herencia” es un anticipo sobre la medida completa que yace en el cielo para nosotros y que está totalmente protegida por el poder de Dios. Por lo tanto, suponer que la “medida en parte” se refiere a Cadillacs, casas en la playa, cruceros y riquezas terrenales denota desconocimiento.


1 Pedro 1:4] para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, [5] que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.


La herencia se define como “la salvación que ha sido manifestada”. Sin embargo, la herencia NO es corruptible, temporal, terrenal ni para esta vida.


Debe ser obvio que la Cena del Señor, con la copa / la sangre del Nuevo Pacto está indicando algo eterno en su poder y contexto. Se cumplirá en el Reino de Dios, cuando se beba “corporativamente” la realidad y el cumplimiento. También debería ser obvio que la Cena del Señor hoy en día está sólo en la medida en parte (arras) con respecto a la realidad eterna.


Sería razonable suponer que la copa / sangre tiene su cumplimiento en el hecho de beberla corporativamente en el Reino de Dios, y que el pan / cuerpo también tiene su cumplimiento en el Reino.


Mateo 26:28] porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de pecados. [29] Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.


La copa de vino de la Cena del Señor, que representa la sangre del Nuevo Pacto, tendrá cumplimiento definido en el Reino de Dios. En ese tiempo, “ESTE fruto de la vid” no será un recuerdo sino una realidad espiritual que será bebida corporativamente. Aunque esto sigue siendo un misterio hoy en día, se cumplirá corporativamente cuando Él lo beba con nosotros. Podríamos pensar que ésta será también la medida completa del Nuevo Pacto y la medida completa de la herencia puesta en los cielos para nosotros.


Parte de la confusión e insatisfacción en la iglesia hoy en día es con la medida en parte, que está muy lejos de la medida en parte que Dios ha dispuesto para la iglesia en esta dimensión de la restauración.


Sin embargo, apenas podemos esperar experimentar las bendiciones de la medida completa de la vida del Nuevo Pacto cuando no hemos participado en la provisión básica del Nuevo Pacto. Rechazar CUALQUIER COSA relacionada con el ESPÍRITU es un error serio hoy en día. Sin embargo, una lectura casual de las escrituras no revelará el Nuevo Pacto, a no ser superficialmente. Muchos aspectos del Nuevo Pacto no se identifican como Nuevo Pacto. Si se hace una búsqueda del término “Nuevo Pacto” estos versículos no aparecerán.


Por ejemplo: los capítulos 14, 15 y 16 de Juan hablan acerca de la provisión del Nuevo Pacto, pero el término Nuevo Pacto no aparece. Romanos 8 y 1 Corintios 2 son otros ejemplos. Muchas cosas que Jesús enseñó presentaban el Reino de Dios que “se acercaba”, y que era también la época del Nuevo Pacto. Varias cosas que Jesús enseñó se referían al Reino y al Nuevo Pacto, que nosotros hemos separado pero que son de la misma dimensión y funcionan juntos. En otras palabras, el Reino es efectivo dentro de nosotros mediante la provisión del Nuevo Pacto. Por ejemplo: “Pondré mis leyes dentro de vosotros, en vuestras mentes las pondré, y en su corazón (hombre interior) las escribiré”.


Después que vemos y entendemos la “esencia” del Nuevo Pacto, en qué lugar está puesto y qué se supone que deba lograr, vemos el Nuevo Pacto en muchos versículos que no dicen “este es el Nuevo Pacto”.


También después que vemos por qué la Ley de Moisés y el Antiguo Pacto fueron desechados, y por qué fueron defectuosos y qué los sustituyó, vemos más provisiones del Nuevo Pacto que están disponibles para aquellos que tienen ojos para ver y corazón para entender. Por ejemplo, el Antiguo Pacto no impartía vida. Esto significa que el Nuevo Pacto sí puede impartir vida porque es un mejor pacto edificado sobre mejores promesas. La Biblia no dice que el Nuevo Pacto imparte VIDA, pero esto es indudablemente cierto o no constituiría un progreso sobre el Antiguo Pacto. El sacerdocio del Antiguo Pacto no podía traer a nadie a la perfección. Esto quiere decir que el sacerdocio del Nuevo Pacto está APTO para traer a la iglesia a la perfección. Ser aptos como ministros del Nuevo Pacto requiere que participemos de cada provisión del Nuevo Pacto, que guiará a la iglesia hacia el propósito completo de Dios.


El Nuevo Pacto es mucho más completo y abarcador de lo que hemos compartido en el pasado, porque sólo hemos compartido lo que claramente se identificaba como “Nuevo Pacto”.


Si hoy citáramos el Nuevo Pacto en su totalidad, tendríamos que incluir docenas de versículos que solíamos omitir antes. En estos versículos (que no asociamos con el Nuevo Pacto anteriormente), descubrimos muchas provisiones del Nuevo Pacto que no considerábamos antes.


Supongo que son estas múltiples provisiones del Nuevo Pacto las que están disponibles para nosotros en lo absoluto del Pacto, que será la provisión para que podamos hacer la transición de la dimensión del atrio hacia el Lugar Santo y la dimensión del sacerdocio del propósito de Dios.